martes, 26 de enero de 2010

Mirando a Vic


Si lamentable resulta que un gobierno municipal tome decisiones unilaterales sobre la supresión del único reconocimiento institucional que les queda a los inmigrantes sin papeles para poder acceder a los mínimos servicios que permiten la dignidad de un individuo, aún más lamentable es que toda reacción política se quede en la demagogia de la legalidad o no de una decisión como esta. Sea o no una decisión legal -que no lo es, ya que sólo al estado y no a los municipios corresponde el control de entrada de inmigrantes o su permanencia en condiciones irregulares-, de lo que sí se trata es de que la medida es inaceptable desde el punto de vista democrático y moral.

Comentario de Maria Jesús a propósito de "Mirando a Vic"

María Jesús dijo...
Con ser preocupantes estos rebrotes xenófobos, yo creo que deben también interpretarse como una llamada de atención a las instituciones en todos los ámbitos sobre el grado de integración que se está consiguiendo en cada uno de los ámbitos de la sociedad. Y en este sentido no debemos olvidarnos del mal uso que algunos de los inmigrantes hace de las "ayudas" o subvenciones públicas. Conozco ya demasiados casos de personas "con papeles" que exigen privilegios que ellos consideran "obligaciones" por parte de las instituciones públicas y que eran sólo "ayudas" para lograr la integración. En tiempos de crisis es el mejor momento para detectar problemas y buscar soluciones. Cierto, yo apuesto por empadronarles como el mejor método para tener constancia de su existencia y por lo tanto tener una información más exacta de la población que tenemos que atender.
Creo que la solución no pasa ni por el "papeles para todos" ni tampoco por el "cerrar la puerta". Hay que buscar puntos de encuentro, que los hay, pero sin olvidar que no podemos asumir en condiciones dignas toda la inmigración que puede llegar. Todo en su justa medida.

28 de enero de 2010 13:26

miércoles, 20 de enero de 2010

Shalom, Shmuel Hadas.

Después de algún tiempo sin escribir en el blog y muy a pesar de que ahora toda la atención está ahora dirigida hacia el horror de Haití (cómo si nunca antes hubiese habido horror en el país caribeño), quiero poner la mirada en un hombre que acaba de dejarnos. Con él, se ha ido un eslabón en la cadena de costosos esfuerzos por conseguir al menos un mínimo de equilibrio en Oriente Medio, otra de las zonas más calientes del planeta.

Tuve el privilegio de conocer a Shmuel Hadas durante la organización del
I Foro Internacional sobre Diversidad e Interculturalidad que se celebró en la ciudad del Córdoba el pasado mes de marzo. El Sr. Hadas era miembro de la Comisión Asesora y tuvimos la oportunidad de conversar en repetidas ocasiones sobre muchos temas: algunos más triviales que otros.